Tótem
Ofrendo al santo de las balas
palabras de sangre y escaleras
aroma de anís
hasta que revoloteen las abejas
Ofrendo tu ceremonia
oyendo la fania all star
que le susurran a amores viejos
desechados por la velocidad del sonido
¡Plo!
Ismaelillo, Martí te escribió
y tu altar es un léxico de barrio
dónde toda la comunidad se la vacila
en una sola canción
con o sin estribillo
sin necesidad de jalar
gatillos
usando pantalones tubitos
y lentes oscuros luego del porrito.
Yo te ofrendo el ánfora de barro
que del río recoge el cantó
para que no falté música
en tu chikiluqueo
para que no falté lírica
en el rancho
Ismael nunca leyó el malandreo del chino
Ismael, si tan sólo nuestra educación funcionara
tú serías el tótem de la poesía cari-cari
la que no se rige de genios,
ni abstraccionismos
la que se hace lengua de asfalto
y suelta disparos
a la hora en que salen las brujas
de los ministerios.
No te ocultes detrás del bereta, Ismael
No te ocultes más detrás de la visera
escóndete en mi lápiz
y alumbremos el barrio.
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