La fila
La larga y lenta fila del mercado
sucesión de rostros indescifrables
ofreció claridades solidarias
a la sombra reinante
Luces que alumbraron de esperanza,
entre guacales de cebolla y frutas,
corazones apaleados y valientes
hijos de un barrio enorme
donde El Dorado dejó de ser leyenda
Las palabras que flotaron
mientras avanzamos incólumes
aún resuenan cual tambores
sobre la piel del araguato
La infinita decisión de sonreír
de esta tierra nuestra
es latido, carcajada
que ahuyenta el espanto del egoísmo
Al final,
para continuar la brega,
nos abrazamos.Ediciones
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