El loco de Los Ilustres
Viene con sus brazos soñando molinos, girando sus aspas entre los árboles
Con los ojos cerrados, rumbeando gozoso por el paseo los Ilustres, en una danza
Que aletea su recortado pantalón de boxeador peso pluma, destornillado
De la risa viene, para sorpresa de los aturdidos conductores, boquiabiertos, secos.
Es una bofetada el loco bello cuando muestra con soltura su maña de vivir. Canta,
Tararea una rítmica canción improvisada con sus sílabas solventes.
Tiene por público su hinchado corazón, la brújula que la tarde apunta bajo la
fronda
De mayo, su sangre, su carne y el rabo del diablo que no lo ha logrado atrapar.
Danza en zigzag diluyendo las pústulas que la ciudad le ha regalado, con los
Párpados pegaditos al ritmo que los bufones imitan. Baila en zigzag y el río Valle
Lo acompaña en un costado. Los niños desde el gusanito de Bimbolandia, lo
miran
Asombrados por su libre manera de cantar, de girar, de ser feliz. En su audaz
guataca
El loco de los Ilustres nos dejó atrás, abolidos, cantando su Caribe son.
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